domingo, 11 de marzo de 2012

La crisis, cuestión de vida o muerte

Ciertas consecuencias de la crisis, que sigue afectando al mundo, son más graves que las medidas de austeridad, los números rojos en las cuentas y los desahucios por impagos. Estudios sobre el desempleo predicen que esto se traducirá en un exceso de mortalidad.


Según un informe de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), debido a la tendencia negativa del empleo en España, la tasa de mortalidad aumentará entre 1.500 y 4.000 personas al año y reduciendo así la esperanza de vida.

En Europa, las cifras indican 19 millones de parados, y se calcula que un aumento del 3% de la tasa de paro supondría más de 10.000 muertes.

El informe subraya que el desempleo conlleva un riesgo muy importante para la salud, tanto física como mental, ya que incrementa la mortalidad infantil, perinatal así como los suicidios.
Las cifras de paro también son responsables del aumento del tabaquismo y el consumo de alcohol y drogas, además de provocar patologías como migrañas o la enfermedad de Crohn.

En Grecia, uno de los miembros de la zona euro más afectados por la crisis y por las medidas de austeridad, la tasa de suicidios ha aumentado en tres veces y ha pasado en sólo tres años de ser la más baja a la más alta de Europa.

Las principales causas de este aumento en los suicidios no se deben a un solo motivo, pero casi siempre están  presentes la falta de trabajo y el miedo al despido. Organizaciones de ayuda psicológica que recibían una media de diez llamadas diarias antes de la crisis, en la actualidad reciben hasta cien. Los grupos más afectados los representan hombres entre 40 y 45 años y mujeres entre 30 y 50 con problemas económicos.

Tras un año en paro, el empresario Apóstolos Polyzonis se prendió fuego delante de una oficina bancaria, después de que la entidad se negara a renegociar su deuda. Polyzonis -que solo sufrió quemaduras superficiales- explicó que se sentía deprimido al no poder seguir pagando los estudios universitarios de su hija.

Muchos expertos opinan que la manera más eficaz de erradicar los suicidios es adoptar políticas activas para ayudar a la gente a encontrar trabajo. “En España en los 80 se produjo una alza significativa de suicidios cuando subió el paro; pero en Suecia en los 90 un aumento muy fuerte del desempleo no impactó sobre los suicidios ya que el Estado los ayudó”, comentó Martin McKee, director del Observatorio de Sistemas Europeos de Salud.
En el Congreso de los Diputados de España se están presentando propuestas para que cesen los recortes en protección social y se apueste por la consolidación de los servicios públicos, la defensa del empleo y de los salarios mínimos. 

No hay otro factor más que la crisis para explicar que el incremento de los casos de suicidio, no son empresarios ni banqueros quienes se suicidan, sino trabajadores desesperados por la falta de cobertura social.

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