En un mundo siempre más globalizado, los sistemas sanitarios, profesionales y estudiantes de medicina se encuentran involucrados ampliamente en lo que podríamos definir como “revolución del conocimiento”.
Nos enfrentamos a nuevos rasgos que caracterizan esta era de turbulencia económica y social. La figura de los profesionales tiene que dinamizarse para enfrentarse al cambio continuo que supone gestionar personas, recursos y conocimiento.
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